Autor: Alvaro Jaimes.
Un café
El peso de un insomnio sobre los párpados.
La música distante me confunde
Lo suficiente para que el café se enfríe
La cama huye y levito sobre un campo húmedo.
Un fuerte sonido riega el café
La lluvia cae imponente
Moja y me empuja
Caigo súbitamente.
El café no estaba frío.
Sin título
Sin duda alguna algo tuvo que surgir
Él no apostará con la razón ni tampoco dará explicaciones pasionales
Algo surgió ¿de dónde? No lo sabremos
Y es mejor, así creerán
Su cabello ensortijado cual tornado que se difumina con el paisaje, su sonrisa brillante e ineludible, sus ademanes de sencillez y dulzura
Por otro lado las palabras de él sin intención clara
La noche y un café abandonado en la estufa, frío y solitario, anhelando ser un productivo insomnio, y él, vacilante y reflexivo queriendo dejarlo todo en manos de sus sueños
Y justo por allí, donde los sueños son amos de su destino, ella se le aparece
Sin distancia ni tiempo se le presenta cinco minutos antes de despertar y él cae en el dilema de seguir soñando para verla o levantarse para ir a buscarla sin la certeza de un encuentro.
Un café
El peso de un insomnio sobre los párpados.
La música distante me confunde
Lo suficiente para que el café se enfríe
La cama huye y levito sobre un campo húmedo.
Un fuerte sonido riega el café
La lluvia cae imponente
Moja y me empuja
Caigo súbitamente.
El café no estaba frío.
Sin título
Sin duda alguna algo tuvo que surgir
Él no apostará con la razón ni tampoco dará explicaciones pasionales
Algo surgió ¿de dónde? No lo sabremos
Y es mejor, así creerán
Su cabello ensortijado cual tornado que se difumina con el paisaje, su sonrisa brillante e ineludible, sus ademanes de sencillez y dulzura
Por otro lado las palabras de él sin intención clara
La noche y un café abandonado en la estufa, frío y solitario, anhelando ser un productivo insomnio, y él, vacilante y reflexivo queriendo dejarlo todo en manos de sus sueños
Y justo por allí, donde los sueños son amos de su destino, ella se le aparece
Sin distancia ni tiempo se le presenta cinco minutos antes de despertar y él cae en el dilema de seguir soñando para verla o levantarse para ir a buscarla sin la certeza de un encuentro.
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