Nota:
A veces me siento triste, quizás mi
presencia,
Piensa en tu ausencia y asume el llanto
en letras
Lástima que tu ausencia ahora es como
el aire, invisible.
CUANDO LAS HORMIGAS ESCRIBEN
Al parque le han quitado las luces navideñas,
Solo han quedado las risas,
Una comida a media mitad de la calle con hormigas,
Y la avena llena de miel que aún sigue teniendo sabor
simple.
Al parque le han quitado las luces,
Veo cigarros en el suelo,
Humo constante en mi cara,
Colesterol excesivo.
Un pasado de gatos, con historias que no se repiten,
El danceo de las escaleras,
Tac, tac, tac,
El taconeo de dos zapatos sin tacones,
Tac, tac, tac,
Un pasado de gritos, con historias que no se repiten.
Las hormigas se lo han llevado todo,
Hasta las luces navideñas del parque.
DOS SEMANAS ANTES
Y DESPUES DE MI MUERTE
I
Dos
semanas antes de mi muerte
A mi
diario, le ahogan las palabras
Hay una
decepción globalizada, una salida con amigos resulta muy mal,
los
poemas se escriben a media mitad, una cerveza destapada con intención de
ebriedad
Tristeza
acumulada y empiezo a entender a Andrés Caicedo cuando puntualmente decidió que
no estaba hecho para vivir más tiempo,
Y pienso
Y
pensando me canso,
Porque
estoy terriblemente cansada
Y
quizás, aunque tenga todo el cuadro poético de un suicida,
me
acojona la voluntad y solo por ese simple hecho, aunque viva,
cada una de esas sensaciones me irán matando
lentamente.
II
Dos
semanas después de mi muerte,
Dos
semanas después de mi muerte, todos están cantando mis canciones favoritas,
hablándole
a la literatura de mi cuando ni siquiera ella fue capaz de atraparme.
Dos
semanas después de mi muerte, el descanso no parece tan descanso,
me
susurran los muertos arrepentidos de tan invaliente decisión.
Dos
semanas después de mi muerte, le pido a mi chica que no me piense,
que, si
lo piensa hacer,
lo haga
bajito porque aún la escucho.
OTRO POEMA DE ESOS QUE NO TIENEN NOMBRE
Nota: Así me vi, adulta contigo, pero sin ti
al tiempo. Porque, aunque quisieras ahondar mi presente, te habías quedado años
atrás en mi pasado. En unas cuantas noches desordenadas, de sábanas blancas, un
perro por alimentar, un deseo sexual incurable y en esto, en un futuro teatral,
sin amor, pero con muchas jaulas sin puertas
Yo no recuerdo con exactitud si entre mi crecimiento,
me he hecho adicta a la soledad y a la tristeza silenciosa
Solo sé que en mis momentos más tristes he querido y
He estado con quien amo, pero solo me hace daño.
Le he pedido que me toque, aun no poniendo mi piel.
Le he pedido, le he pedido tanto,
Que hasta a mí se me ha olvidado dar,
Maldita inconsistencia del amor.
¡Y MIERDA!
¿Cuántos acontecimientos deben existir para ver que nunca habría una
epifanía, con historia de amor?
Pobre mi espalda, que te lleva a ti,
Pobre mis ojos, que llenos de agua y ojeras,
Te buscaban.