A continuación los mejores textos de la semana producto de los talleres de creación literaria.
A FLOR DE PIEL
Autora: MAILIN JIMENA CÁRDENAS
Estaba con María bebiéndonos un cubata a la vuelta del café
de la calle quinta, cuando en medio de la charla puso su silencio para atender
al aparato parlanchín, quedó muda, sentí que no estaba conmigo por un instante.
Fue ahí cuando se le dibujó una mueca de felicidad, se le
lloviznaron las pestañas, pagó y me sacó corriendo sin darme una explicación, pensé
que estaba loca, y sí, loquísima de amor por Joaquín que regresaba de sus
estudios en La Marina, no se veían hacia dos veranos. Eso lo supe porque me lo
contó mientras íbamos en el taxi, no sabía dónde ponerse, estuvo ansiosa.
Al llegar al sitio de recibimiento notamos muchedumbre, María
veía entre la gente queriendo encontrar el rostro mulato de Joaquín, él la
reconoció y sorprendió como si se acercara a Dios, puso su entusiasmo dejando
caer su piel sobre ese espacio que María había manchado de escarlata.
Y yo no sólo fui celestina, también congelé el momento.
Beso en medio de
una guerra emocional
Por: Tatiana Galvis Triana.
Mañana
cálida de verano, la sobrepoblación de las calles marcaría la historia de un
corazón amante del amor a la antigua, justamente de aquel siglo XIX. Russ
marchaba lleno de orgullo y respeto por su país, vivía lleno de energía, fiel
admirador del romanticismo, apasionado por las curvas de su mayor debilidad,
las mujeres...
Sus
ojos dilataban, aquella damisela removió sus arterias. Sin esperarlo y ni
siquiera pensarlo, en medio del estruendo de las bandas y el murmullo de la
gente, actuó, frente a sus ojos cruzaba aquella figura femenina, extremadamente
perfecta, su rostro y su pelo se fundían con el blanco de su atuendo,
encandilado, bajó en una fracción de segundo del paraíso en el que estaba. Su
instinto movió su mano con fuerza a las caderas de Ana, sí, la misma señorita
con aspecto angelical, le dio una vuelta, se inclinó y la besó, exactamente
como su papá lo hacía con mamá.
Por
tres segundos viajó a planetas que no conocía, la altura de su pensamiento lo
tiró al vacío del amor. Ella, lo aterrizó tras no poder modular su perfecto
vocabulario, su corazón se fundió y aunque este revivió por pocos segundos,
calló y se alejó, no podría hacer caso omiso a la pérdida de su marido, justamente
en la guerra que aquel chico enamoradizo ganó.
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